Si para suprimir del mundo una doctrina bastase con cerrar la boca a uno solo, eso sería facilísimo..., pero las cosas no van por ese camino..., porque sería necesario no sólo prohibir el libro de Copérnico y los de sus seguidores, sino toda la ciencia astronómica, e incluso más, prohibir a los hombres mirar al cielo.
...que os libréis de la esclavitud de tal o cual determinado autor, que soltéis el freno a vuestro razonamiento y suprimáis la tenacidad y obstinación de vuestros sentidos, que se niegan a dar oídos a voces nunca oídas.